Muchas personas mayores son víctimas de abuso, a veces llamado maltrato de personas mayores. Le puede suceder a cualquier persona, sin importar su raza, religión o antecedentes. Y puede suceder en muchos lugares, inclusive en la casa de la persona mayor, en la casa de un miembro de la familia, en un lugar de vivienda con asistencia o en un hogar de ancianos.
Cuidar a alguien que tiene una discapacidad física o mental puede ser duro y agotador. Algunas personas encargadas de brindar cuidados se frustran y cierto tipo de abuso físico o emocional puede ocurrir:
- El abuso físico ocurre cuando la persona que cuida a una persona mayor le causa daños físicos, pegándole, empujándole o abofeteándole.
- El abuso emocional puede ocurrir cuando la persona que cuida a una persona mayor le grita, usa palabras humillantes, la amenaza o la ignora repetidamente. Impedir que una persona mayor vea a sus amigos y parientes cercanos es otra forma de abuso emocional.
- El abuso sexual ocurre cuando la persona que cuida a una persona mayor la obliga a presenciar o ser parte de actos sexuales.
- La negligencia ocurre cuando la persona que cuida a una persona mayor no responde a sus necesidades.
- El abandono ocurre cuando se deja a la persona mayor sola, sin hacer planes para que alguien la cuide.
El abuso financiero ocurre cuando el dinero o las pertenencias de alguien son robados. Esto puede incluir falsificar cheques, apropiarse del dinero pagado por programas de jubilación y del Seguro Social o usar las tarjetas de crédito y las cuentas bancarias de la persona. El abuso financiero incluye cambiar los nombres de un testamento, en las cuentas bancarias, en las pólizas de seguro de vida o en el título de propiedad de una casa. El abuso financiero se está volviendo extenso y es difícil de detectar.
Muchas personas mayores son víctimas de abuso financiero. Puede ser muy angustiante. Además de perder dinero, algunos adultos mayores nunca recuperan su sentido de confianza y de valor propio.
Usted puede notar indicios de abuso o negligencia cuando visita a una persona mayor en la casa o en un establecimiento que brinda atención a las personas mayores. Usted puede notar que la persona:
- tiene dificultades para dormir
- aparenta estar deprimida o confundida
- rebaja de peso sin razón
- muestra señales de trauma como mecer el cuerpo hacia adelante y hacia atrás
- actúa de manera agitada o violenta
- se vuelve retraída
- deja de participar en actividades que disfrutaba anteriormente
- tiene moretones, quemaduras o cicatrices inexplicables en el cuerpo
- se ve desarreglada, con el pelo sin lavar y la ropa sucia
- desarrolla úlceras por presión debido al prolongado reposo en cama o tiene otros trastornos que hubieran podido ser evitados.