Sunday, November 22, 2009

Nos necesitamos . . . una reflexión fundamental



















En la reunión mensual de noviembre del Grupo de Apoyo de Fajardo, compartió con el grupo el Padre Francisco Conkle, párroco de la Iglesia Santiago Apóstol de Medianía Alta en Loíza. Trajo una reflexión al grupo que es, a la vez, muy sencilla y muy profunda. Compartimos aquí con nuestros amigos y amigas una parte de esta reflexión.

"Las Bienaventuranzas son una respuesta a una pregunta: ¿Quieren ser felices? Se supone que nuestra respuesta sea "sí". Entonces, Jesús, en su primera enseñanza en la Biblia nos dice: "Felices los que tienen espíritu de pobre . . . porque de ellos es el Reino de los Cielos."

Acuérdense que Jesús no dice, Felices los muertos de hambre. La pobreza nunca es una cosa bonita, especialmente cuando obliga a las personas a vivir de una forma infrahumana. Lo que dijo fue: "Felices los que tienen espíritu de pobre" que es otra cosa.

¿Qué es ese espíritu de que habla Jesús? Pues, en nuestra sociedad actual hay muchos elementos que son dañinos a ese espíritu. Uno es el elemento del consumismo que nos empuja a comprar y poseer hasta lo máximo de nuestras capacidades, y hasta más allá de nuestras capacidades (por eso hay tarjetas de crédito). Otro es el elemento del individualismo que nos hace creer la ilusión de que solos hacemos nuestras vidas y que no tenemos que responder a nadie por lo que hacemos, ni por lo que tenemos, no por lo que hacemos con lo que tenemos. Creemos que tampoco debemos nada a nadie (con la excepción del dinero). A la vez, el individualismo extremo nos hace evitar recibir nada de nadie (con la excepción del gobierno parternalista) para no sentirnos "endeudados" o "dependientes".

Ahora, cuando tenemos de todo y cuando podemos manejar nuestras vidas y problemas sin dificultades es fácil mantener estas creencias. Pero cuando necesitamos (cosas o ayuda) se derrumba con gran estrépito este sistema que se basa en el consumo y el individualismo. Nos confundimos. Sentimos que hemos fracasado (por no tener éxito en el consumo y el individualismo que han regido nuestra mentalidad hasta la fecha).

Nos damos cuenta de que, sí, nos necesitamos los unos a los otros. Llegamos a entender que no podemos solos. Lo importante para comprender esto es entenderlo como una victoria y no una derrota. Llegar a entender que lo más importante que poseemos es la interrelación que tenemos con otras personas y no con las cosas que tenemos. Otra vez, entendamos esto como una victoria y una derrota. Pues, las fantasías del consumo y del individualismo son las cosas que nos tienen limitados y encerrados.

Por eso se vuelve al "Espíritu de pobre" y ahora uno entiende como los pobres, los del barrio viejo podían vivir y vivir felices a pesar de la escasez de cosas y la falta de privacidad. Lo que predominaba era el espíritu de pobre, o sea, ese espíritu que nos dice una y mil veces, "Nos necesitamos". Nos necesitamos en el hambre, en la soledad, en los problemas y en las alegrías. Los pobres nunca tuvieron el lujo de pensar que el materialismo ni el individualismo llevaban a uno a la felicidad. Ellos sólo sabían que sin sus vecinos y familiares no podrían pasar por los muchos topes que la vida presenta. Se hubiesen ahogado con la necesidad, los dolores y las penas. Las alegrías nunca hubieran sido tan dulces y los problemas nunca hubieran sido sobrellevados sin su gente cercana.

Es por eso que Jesús dice, "Felices los que tienen espíritu de pobre" porque nunca van a estar solos, desamparados o abandonados. Siempre sabrán que a su alrededor hay personas con quienes comparten la vida y que le toca a cada uno responder cuando el otro necesita de cualquier cosa. De veras, Nos necesitamos.