Sunday, November 29, 2009

Conferencia del mes de diciembre 2009


Este miércoles, 2 de diciembre, de 6:30 a 8:30 p.m., en el Salón Multiusos de la Cooperativa de Seguro Múltiples (Calle Nevárez #38 esq. Ave. Américo Miranda, Urb. Villa Nevárez) se llevará a cabo la conferncia mensual de la Asociación de Alzheimer de Puerto Rico. El tema de la actividad será: "Intervención cognitiva en la Navidad". Los recursos serán Maritza Lamoso (gerontóloga) y Lilliam Valcárcel (trabajadora social clínica).

Nueva Junta Directiva

Felicitamos a los miembros de la nueva Junta Directiva de la Asociación de Alzheimer de Puerto Rico:

Guaymalida Alicea, Presidenta
Angel M. Pérez, Vicepresidente
Gisela Rivera, Secretaria
Luis Suárez, Tesorero
Clara Castro, Irma Figueroa, Sandra Guerrero, Nilda Lugo y Gladys Rocafort
Vocales
Les deseamos éxito en sus proyectos e iniciativas.

La cuidadora -- figura clave para el envejeciente


por María Parés Arroyo (mpares@elnuevodia.com)


La población envejeciente va en aumento, así como sus necesidades. Los cuidadores se convierten entonces en figuras claves para sacar hacia adelante a esta personas de la llamada tercera edad y lograr que tengan una mejor calidad de vida.


Aunque no se conocen cuántos cuidadores de envejecientes hay en el país, datos de la Oficina de la Procuradora de las Personas de Edad Avanzada (OPPEA), reflejan que en Puerto Rico viven unas 770,000 personas mayores de 60 años, de las cuales sólo un 7 a 8% vive fuera de sus hogares en instituciones dedicadas a su cuidado.


Según Sonia Adrover, del Programa de Apoyo al Cuidador del Hospital de Vateranos, los cuidadores proveen el 80% de los cuidados a envejecientes y pacientes con condiciones crónicas.


"Siempre digo que hay tres clases de personas: los que cuidamos, los que se cuidan y los que estamos en turno de que nos cuiden", dijo Adrover.


Rossana López, procuradora de las Personas de Edad Avanzada, comentó que la responsabilidad mayor del cuido de estas personas recae en familiares del individuo, mayormente hijos y nietos, muchos de los cuales desconocen cómo satisfacer correctamente las necesidades básicas de su cuidado.


Según datos de la OPPEA, el año pasado se radicaron 3,672 querellas por maltrato contra envejecientes, la mayoría perpetrados por hijos y nietos de la persona afectada. "Muchos no dicen porque son sus familiares, por eso entiendo que son el doble o el triple los casos ", dijo López.


Negligencia, abuso emocional, abandono en el aseo personal y apropiación ilegal o explotación financiera son las cuatro quejas principales atendidas en la OPPEA. Con el propósito de aumentar las redes de apoyo para la población envejeciente, así como las herramientas de ayuda al alcance del cuidador, López comenta que la OPPEA coordina una serie de programas que pretende extender por todo el país.


Dentro de las herramientas de trabajo, López destacó que hay un pequeño documental en español que recrea cómo se debe cuidar a un envejeciente.


(tomado de El Nuevo Día , 27 de noviembre, 2009)

Sunday, November 22, 2009

Nos necesitamos . . . una reflexión fundamental



















En la reunión mensual de noviembre del Grupo de Apoyo de Fajardo, compartió con el grupo el Padre Francisco Conkle, párroco de la Iglesia Santiago Apóstol de Medianía Alta en Loíza. Trajo una reflexión al grupo que es, a la vez, muy sencilla y muy profunda. Compartimos aquí con nuestros amigos y amigas una parte de esta reflexión.

"Las Bienaventuranzas son una respuesta a una pregunta: ¿Quieren ser felices? Se supone que nuestra respuesta sea "sí". Entonces, Jesús, en su primera enseñanza en la Biblia nos dice: "Felices los que tienen espíritu de pobre . . . porque de ellos es el Reino de los Cielos."

Acuérdense que Jesús no dice, Felices los muertos de hambre. La pobreza nunca es una cosa bonita, especialmente cuando obliga a las personas a vivir de una forma infrahumana. Lo que dijo fue: "Felices los que tienen espíritu de pobre" que es otra cosa.

¿Qué es ese espíritu de que habla Jesús? Pues, en nuestra sociedad actual hay muchos elementos que son dañinos a ese espíritu. Uno es el elemento del consumismo que nos empuja a comprar y poseer hasta lo máximo de nuestras capacidades, y hasta más allá de nuestras capacidades (por eso hay tarjetas de crédito). Otro es el elemento del individualismo que nos hace creer la ilusión de que solos hacemos nuestras vidas y que no tenemos que responder a nadie por lo que hacemos, ni por lo que tenemos, no por lo que hacemos con lo que tenemos. Creemos que tampoco debemos nada a nadie (con la excepción del dinero). A la vez, el individualismo extremo nos hace evitar recibir nada de nadie (con la excepción del gobierno parternalista) para no sentirnos "endeudados" o "dependientes".

Ahora, cuando tenemos de todo y cuando podemos manejar nuestras vidas y problemas sin dificultades es fácil mantener estas creencias. Pero cuando necesitamos (cosas o ayuda) se derrumba con gran estrépito este sistema que se basa en el consumo y el individualismo. Nos confundimos. Sentimos que hemos fracasado (por no tener éxito en el consumo y el individualismo que han regido nuestra mentalidad hasta la fecha).

Nos damos cuenta de que, sí, nos necesitamos los unos a los otros. Llegamos a entender que no podemos solos. Lo importante para comprender esto es entenderlo como una victoria y no una derrota. Llegar a entender que lo más importante que poseemos es la interrelación que tenemos con otras personas y no con las cosas que tenemos. Otra vez, entendamos esto como una victoria y una derrota. Pues, las fantasías del consumo y del individualismo son las cosas que nos tienen limitados y encerrados.

Por eso se vuelve al "Espíritu de pobre" y ahora uno entiende como los pobres, los del barrio viejo podían vivir y vivir felices a pesar de la escasez de cosas y la falta de privacidad. Lo que predominaba era el espíritu de pobre, o sea, ese espíritu que nos dice una y mil veces, "Nos necesitamos". Nos necesitamos en el hambre, en la soledad, en los problemas y en las alegrías. Los pobres nunca tuvieron el lujo de pensar que el materialismo ni el individualismo llevaban a uno a la felicidad. Ellos sólo sabían que sin sus vecinos y familiares no podrían pasar por los muchos topes que la vida presenta. Se hubiesen ahogado con la necesidad, los dolores y las penas. Las alegrías nunca hubieran sido tan dulces y los problemas nunca hubieran sido sobrellevados sin su gente cercana.

Es por eso que Jesús dice, "Felices los que tienen espíritu de pobre" porque nunca van a estar solos, desamparados o abandonados. Siempre sabrán que a su alrededor hay personas con quienes comparten la vida y que le toca a cada uno responder cuando el otro necesita de cualquier cosa. De veras, Nos necesitamos.

Tuesday, November 17, 2009

RECORDATORIO

Recordamos a nuestros amigos y amigas que la próxima reunión del Grupo de Apoyo de Fajardo será este sábado, 21 de noviembre, a las 10:00 a.m. en la Iglesia Evangélica Unida de Florencio en Fajardo. El tema será: motivos para dar gracias y el recurso será el P. Francisco Conkle, de la Parroquia Santiago Apóstol de Medianía en Loíza.

Inviten, por favor, a sus familiares, amigos y vecinos para que compartan con nosotros. El apoyo y la solidaridad son claves para la labor de los cuidadores.

Tuesday, November 10, 2009

Los ancianos en su hogar

Hogar para la vejez: Ajustes y decisiones que afectan a toda la familia

Por Ileana Delgado Castro / idelgado@elnuevodia.com

Alos 95 años, don Vicente mantiene una salud física envidiable. Y aunque ya ha comenzado a mostrar algunos síntomas de Alzheimer, todavía lleva una vida relativamente normal en un apartamento independiente, en la casa de su hijo.

“Cuando mi suegra murió, hace cinco años, lo trajimos para que pasara una temporada con nosotros y se quedó. Pero desde hace un tiempo toda la familia ha tenido que hacer ajustes para estar pendiente de él”, cuenta su nuera, Ana, quien prefirió usar un seudónimo.

Y aunque Ana acepta que la familia ha discutido la posibilidad de llevarlo a un ‘home’, cuando entiendan que no pueden darle la calidad de vida que él se merece, asegura que “va a ser una decisión muy difícil de tomar”.

Ramón, en cambio, nunca se ha planteado llevar a su madre, de 96 años, a un hogar de ancianos, a pesar de que está encamada y con múltiples achaques. El hombre, de 66 años, quien también pidió anonimato, dice que su corazón nunca le permitiría sacar a su madre del hogar donde ha vivido casi toda su vida.

“En una ocasión uno de mis hermanos se atrevió a sugerirlo y lo boté de la casa”, recuerda molesto, aunque acepta que su vida ha cambiado drásticamente desde que su madre comenzó a mostrar señales de que ya no podía cuidarse sola.

El caso de Ana y Ramón no es único. Son solo dos ejemplos de las situaciones que se dan a diario en cientos de familias puertorriqueñas que hacen cambios drásticos y ajustes en el diario vivir de la familia, para atender las necesidades de sus seres queridos.

En contraste, también hay un gran porcentaje de ancianos que son abandonados a su suerte en los hogares donde fueron internados, sin contar los que son abusados en sus propias casas.
De hecho, según el psiquiatra geriátrico José Franceschini se estima que hasta un 10% de esa población es maltratada física y psicológicamente.

Decisión difícil

“En Puerto Rico, debido a nuestra cultura, tratamos de mantener al anciano en el seno familiar todo el tiempo que se pueda”, afirma el profesor de gerontología Walter Rosich, catedrático auxiliar de la Escuela Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas.

Por ejemplo, según la encuesta de comunidad que realizó el Negociado del Censo en el 2007, en el 40% de los hogares puertorriqueños residía una persona de 60 años o más y en el 64% de esos hogares las personas de edad avanzada vivían junto con otros familiares como, por ejemplo, hijos.
Y es que, según Rosich, institucionalizar a un anciano es un asunto que crea bastante ansiedad entre los familiares. Aún así, agrega el geriatra, hay unas razones de peso que pueden precipitar esa decisión.

“Una es cuando el anciano tiene cierto grado de incapacidad física o mental. Esa dificultad aumenta más cuando los hijos o las personas que los pueden cuidar trabajan fuera del hogar”, señala Rosich, quien estima que la reacción de los ancianos cuando saben que irán a una institución varía.

Algunos se pueden sentir desarraigados, “arrancados de raíz de su comunidad, de su familia y entorno”. Mientras que otros sienten alivio porque ya no pueden realizar las actividades básicas del diario vivir -como bañarse o vestirse- y esos hogares les suplen esas necesidades.

“La decisión va a depender del grado de independencia o incapacidad del anciano”, afirma Rosich y subraya que hay ciertos niveles de cuidado que no necesariamente implican la institucionalización. Sobre todo, si puede obtener asistencia en el hogar, contratando algún servicio privado o a través de ayudas de agencias gubernamentales.

Por ejemplo, de ama de llaves, de enfermería en el hogar o ser participante de un centro de actividades múltiples. De hecho, según Franceschini, lo ideal es mantener al anciano cerca de su entorno familiar, ya sea en su propia casa o en la de un hijo o familiar cercano. Otra opción, recomienda, es contratar a alguien que lo cuide en su propio hogar si cuenta con los medios económicos.

“Como familia, uno siempre debe tratar de que nuestros viejos se queden en el lugar menos restrictivo posible. Lo ideal sería que se mantengan en sus casas”, aconseja Franceschini. Y si no hay otro remedio que llevarlo a un hogar porque la familia entera se está afectando, aconseja buscar un lugar lo más cercano posible para que la familia lo pueda visitar “frecuentemente y a deshora”, para verificar que se esté cuidando adecuadamente. También es importante, aconseja el psiquiatra, visitar el hogar antes y fijarse, por ejemplo, si hay ancianos amarrados a una silla o si están totalmente sedados.

De hecho, muchos de estos hogares son visitados por médicos que no están especializados en geriatría, lo que puede provocar que no sean tratados adecuadamente, señala Franceschini, quien destaca que hasta un 33% de los pacientes geriátricos tienen un mal manejo de sus condiciones.

Por eso es importante, agrega el psiquiatra, que el anciano mantenga su médico de cabecera. También recomienda a los familiares que estén pendientes de los medicamentos que está tomando y de que no esté sobresedado.

“Para el viejo que es internado, el cambio es traumático y toma algún tiempo en ajustarse. Pero esto va a depender, en gran medida, de cuánto cariño reciba y de que no se sienta abandonado por su familia”, agrega Franceschini, y enfatiza en atender sus quejas o reclamos respecto a la forma en que es tratado en el hogar “y hacer las investigaciones necesarias porque es muy duro no sentirse querido o que no lo están defendiendo”.

Lo importante, recomienda Rosich, es que se tome una decisión informada “para reducir la posibilidad de errores graves”. Por ejemplo, una institucionalización innecesaria o tratar de lidiar con unas complicaciones que requieren servicios especializados o de personal altamente adiestrado.

La decisión, además, se debe tomar en conjunto con el anciano, si este está apto para entender lo que se va a hacer.

“No tengo dudas de que en un futuro no muy lejano, estarán disponibles para el anciano una serie de servicios en su propio hogar a un costo razonable”, afirma Rosich, al tiempo que destaca que la expectativa de vida está aumentando, mientras se reduce la tasa de nacimiento, lo que provoca el envejecimiento de la población.

“Ahora, el reto mayor es brindarle a esa población una mejor calidad de vida”, subraya Rosich, tras sentenciar que siempre ha pensado que el grado de civilización de un pueblo se puede medir de acuerdo con la forma en que trata a sus ancianos. “Hemos dado unos pasos grandes en esa dirección, pero todavía nos falta mucho por hacer”, asegura el médico.
(tomado de El Nuevo Día, martes, 10 de noviembre, 2009)


Sunday, November 8, 2009

Consejos para cuidadores -- parte II


A continuación más recomendaciones para cuidadores y cuidadoras:



  • Aprenda a poner límites a las exigencias de la persona a quien cuida o de otros miembros de la familia. Diga "No" sin sentirse culpable.

  • Aprenda sobre sus emociones y entienda las negativas.

  • Busque ayuda profesional si siente que está al límite de sus fuerzas.

  • Trate de no perder el buen humor. Ría con frecuencia.

  • Ingiera una dieta saludable.

  • Haga un poco de ejercicio físico diariamente.

  • Evite el cigarrillo, las bebidas alcohólicas y el exceso de café.

  • Aprenda todo lo que pueda sobre la situación de salud de la persona a quien cuida y compártalo con la familia.

  • Planifique las actividades de cuidado a realizar diaria y semanalmente.

  • Establezca prioridades y diferencie lo urgente de lo necesario.

  • Su trabajo es muy importante. Valórelo.

(Tomado de "Recomendaciones para promover la salud del cuidador" de Marialcira Quintero)

Invitación a la reunión de noviembre del Grupo de Apoyo



Invitamos a todos nuestros amigos y amigas a estar con nosotros el sábado, 21 de noviembre, desde las 10 a.m. hasta mediodía en la Iglesia Evangélica Unida de Florencio en Fajardo para que participen de nuestra reunión anual. En esta ocasión, nos acompañará el Padre Francisco Conkle, párroco de la Iglesia Santiago Apóstol de Medianía en Loíza. A tono con la temporada, el tema de la reunión será "motivos para dar gracias".



Hacemos una invitación especial a todos los cuidadores/as a que nos acompañen y que compartan con el grupo sus experiencias, ideas y preocupaciones. Acuérdense, estamos para apoyarnos mutuamente.



Para más información, puede llamar a Celeste Rodríguez al 748-2722.

Les esperamos.

Monday, November 2, 2009

La salud del cuidador (primera parte)


La buena salud del cuidador es fundamental para cuidar bien a los otros. Por eso, le recomendamos que:



  • acepte que usted es un ser humano, que se cansa y que el agotamiento es frecuente y previsible en un cuidador,

  • No se olvide de sí mismo: usted es muy importante.

  • No se inhiba de expresar verbalmente sus preocupaciones y cansancio.

  • Descanse: recuerde que su cuerpo, mente y espíritu, lo necesitan.

  • Practique técnicas de relajación: respiración, meditación, muscular, etc.

  • Planifique su tiempo del día para dedicárselo a usted misma: lea, camine, haga visitas, salga de compras, vaya al cine, asista a terapias, yoga, jardinería, etc.

  • Evite el aislamiento social. No se quede encerrada en la casa.

  • Solicite ayuda a otros miembros de la familia o a vecinos. Aprenda a delegar responsabilidades.

(tomado de: "Recomendaciones para promover la salud del cuidador" de Marialcira Quintero, Funda ConCiencia, Venezuela)